MAÑANITA
El jazmín paraguayo
perfuma, mañanita,
los fondos de la casa.
No lo había sentido,
pero alguien me acercó
una flor --¡un presente!--
que robó de la calle
y que me dio sin muchas
vueltas (como al pasar).
Y mis ojos se abrieron
a lo que nos rodea:
la primavera, núbil,
fragante. Ruboroso
jazmín: con tu perfume
suave y dulzón, de luz,
alejás esos grises
que mucho me aprisionan.
Volverá el colibrí,
su aleteo, su don.
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