(s/t)
Brisa ya de mañana.
Y tu cuerpo se entrega
y desfallece, y pide
más aún, más aún...
Porque los dos pujamos
por un ardor oscuro,
volvemos a empezar:
fuego, ceniza, fuego...
El mundo, ese rodillo,
no tendrá compasión
por esta sed salvaje.
Pero por más que extinga
nuestro deleite, somos
tuyos, noche desnuda.
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