viernes, 23 de septiembre de 2016

ANÁLISIS


Cariño, no placer: 
a eso nos entregamos. 

Pero éramos de herirnos 
de a ratos, por semanas. 

Rutina en que la sombra 
de un ideal lloró. 

(Mujer de ojos inmensos,
que me supiste hundir.) 

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