miércoles, 11 de mayo de 2016

FUERZA DE LOS MILENIOS


La losa, vertical; 
las cucharadas, secas. 
Entonces un pariente
--una mujer--, con frases
monocordes, se puso 
a decir ¿un responso?
Muy pronto se sumaron
otras voces. No supe 
ya para siempre qué 
hubieras preferido. 
Ataúd en silencio, 
rogaron por tu alma 
consagrando un adiós. 

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