LEJOS Y CERCA
Partiste, finalmente. Todavía
vivís conmigo (ropa
que lava el lavarropas, que tendemos,
que recogemos, que
vestimos, que se gasta), pero, como
autómatas, apenas
cruzamos las palabras necesarias
("buen día", "buenas noches"...),
apenas intentamos mitigar
la distancia, su filo.
Lejos y cerca: roces remanentes
y deseo estragado.
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