EL JURAMENTO
Me dice no. Sonríe
pero se niega. Pasan
los meses y la luna
pierde sus atributos.
Me dice no. Dormimos,
despertamos: un día
y otro día, y la luna
filma nuestras costumbres.
No dudo de mis ojos,
y ella no miente, pero
sé que aún no han mirado
sino sus vestimentas.
Dice no mientras toma
mi mano, dice no
y está al frente, y la luna,
anciano, nos corrompe.
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