Estoy odiando. Luego se limpiará la mente y veré cómo pasan las nubes. El olvido que trae el sueño acerca al presente, sus frutos, pero el odio que ahora me consume también es eterno. Dijiste que nada es importante, que nada dura. (El odio me rebaja a tratar con voces que la noche del insomnio masculla, obcecada, pueril.)
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