TEMPUS FUGIT
Semanas velocísimas:
los viernes, cuando veo,
desde el porche, a los chicos
volviéndose del baile,
me doy cuenta. Las horas
son, como siempre, enormes,
y los días, ociosos,
con lentitud transcurren.
Pero el sábado vuelve
a ser ayer; y ni
qué decir de esa luna
creciente cada vez
que miro al cielo. Salta
el tiempo en un segundo
y los años volaron.
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