Noche tras noche, solo en esta pieza, el mundo se tuerce ante el chillar de mi mente. Colapsa también mi espalda --¡grados!--, y al cabo de las horas, extenuado, protervo, elaboro poemas: informes. (Siempre es dable, atavismo, la turbia autoflagelación.) ¿Que me duerma? ¡Es que el goce de este infierno es más fuerte, al parecer!
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